domingo, 30 de diciembre de 2007

Adieu 2007








Dejamos atrás un año para olvidar... y sin embargo será el que mejor recuerde. Paradojas de la vida.







No pretendo hacer balance, no me gustan los números rojos, ni los saldos negativos... no me gusta restar, en lugar de sumar... en definidas cuentas no me gustan los sofás vacíos, los platos sin cubiertos, los álbumes sin fotos, los viajes sin abrazos al llegar...

Reflexiones que llegan a falta de un día para finalizar el año... dar carpetazo y abrir uno nuevo.

Miles de personas celebrando la llegada de un nuevo año, llenos de ilusión, de expectativas, como si el mundo se fuera a acabar esa misma noche... risas, burbujas, serpentinas, canciones, lentejuelas...

Y como si de una ensoñación se tratara, volvemos a la rutina, al día a día, al trabajo, a las obligaciones... volver a levantarme a las 7h, saludar al señor que cada mañana me desea un feliz
día, trabajar, coincidir en el autobús con aquel
chico y esquivarnos la mirada... ¿qué me deparará el 2008? Al borde de este último día me gusta fantasear con que todo irá bien... con que llegaré a vivir un año propio de cuento con final feliz... que la princesa baje de la torre, se enfunde su chupa de cuero y salga a hacer sonar sus pasos...

domingo, 23 de diciembre de 2007

Gracias a mi memoria, que me ha enseñado sabiamente a olvidar






Qué diferente resulta ser todo lo imaginado.




Cuando era pequeña, me gustaba inventar cómo sería mi vida... la veía tan larga, tan intensa y sobre todo tan ideal, que a medida que pasan los años y me voy dando cuenta lo lejos que queda esa imagen onírica, el sentimiento de pesar es cada vez mayor.


Pesar, porque no se cumple lo que una niña de 8 años imaginaba... pesar, porque en lugar de vivir el presente y hacerlo a mi medida, intento vivir esos flashes que de pequeña diseñaba. Vivir una vida que no existe más que en la mente de una niña... y sentirme incompleta porque no la consigo. Porque no la consigo...


Luego miro a mi alrededor y tampoco resultan ser las vidas que me rodean, aquello diseñado hace años... no me gusta... Quizás sea mío el problema y resulte que la vida no es una película con final feliz, quizás tenga que aprender a vivir y dejar de soñar, o quizás sea todo lo contrario y tenga que ponerme gafas de sol en los días nublados...

sábado, 15 de diciembre de 2007

cuando te cuelgan los pies



...cuando vuelve el niño y se va el adulto,

cuando la madurez del hombre le hace volverse a encontrar con la seriedad con la que jugaba
cuando era niño,

cuando te sientes más libre y menos prisionero de la sociedad,

cuando sueñas con poder volar... y vuelas...

cuando sonríes al ver un dulce,

cuando disfrutas de cada minuto...

cuando... vives...

es

cuando...

al sentarte...

te cuelgan los pies.