jueves, 30 de octubre de 2008

Medidas ante la crisis

Te voy a robar una sonrisa, e inmediatamente después el corazón.

En época de crisis el hurto no debería estar penado... Y llevo tanto tiempo sintiendo por escrito, que ya es hora de salir a escena.

No te quejes de la subida del crudo, son épocas difíciles. Épocas negras...

Pero, yo te llevo en mi corazón a dónde quieras.


miércoles, 29 de octubre de 2008

Sobreviviendo la vida


A veces parece como si nuestra vida viniera cosida indestructiblemente a otras. Olvidamos que la esencia de esa unión es la existencia de dos almas, olvidamos que una de ellas es la nuestra.
La arrinconamos en el fondo del último cajón de nuestra memoria y vivimos al margen de ella.


Sobrevivimos al margen de ella.


Sobrevivir no es vivir.








Según la RAE:


- Sobrevivir: 1. intr. Dicho de una persona: Vivir después de la muerte de otra o después de un determinado suceso.


- Vivir: 1. intr. Tener vida.


Quizás deberíamos preguntarnos qué es lo que estamos haciendo aquí.


... Cuando se fue, su vida se fugó tras ella...

martes, 21 de octubre de 2008

La joven del tejado

Le gustaba subir al tejado y analizar el paisaje.

Comprobar que todo seguía en su lugar, justo como la última vez que pasó revista a esos campos que hacían bailar a las amapolas. Mirar el atisbo de riachuelo, que como si se tratara de un fino hilo azul se perfilaba en el fondo del cuadro. Adivinar, justo a la izquierda de la vieja colina, aquel refugio de madera abandonado y corrompido por la lluvia de los años. Le gustaba ver que todo seguía igual, que esas piezas encajaban en su lugar y no debían de seguir buscándolo. Le gustaba pensar, que tarde o temprano a ella le sucedería lo mismo. Estaba cansada de las continuas mudanzas que sufría su corazón, para terminar en el peor de los casos, deshabitado o con la única compañía de una soledad infiel.

Solía subir al tejado en compañía.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Y su vida tornó a blanco, como el virgen papel


El hastío iba carcomiendo su espíritu bohemio, la creatividad quedaba amordazada en el fondo de un pasadizo sin salida. No más inspiración, no más recursos, no más magia.

Las musas, adúlteras, se fugaron con otro, más joven, más lleno de vida, más lleno de ilusión... más llenos sus bolsillos y vacío su corazón.

Pero qué podía reprocharles a ellas, si las vendía al primer fulano con una copa de whisky en la mano y mil mentiras escondidas en la manga... Un trago a cambio del deseo una noche de invierno, del calor robado de unos besos amargos.

Consumiéndose como el último hielo de esa copa envenenada, que le enganchaba a la barra de aquel sucio tugurio... El viejo creador de historias moría ahogado, diluyendo lo que fue en una mezcla de alcohol sin grados y vida sin días. De llanto sin lágrimas... de recuerdos olvidados.

Todo comenzó, todo terminó, el día en el que el viejo creador de historias olvidó quién fue. Olvidó su vida. Olvidó su nombre. Olvidó el olvido. Y su vida tornó a blanco, como el virgen papel.

jueves, 9 de octubre de 2008

La crueldad de unos puntos suspensivos...


Tres. Alineados en fila sucesivamente. Pequeños. Redondos. Amarrados a la palabra que les precede. La siguen callados, encerrando significados que hasta ellos desconocen. Portadores de enigmáticas misivas.

Como tres puñales se le clavaron en el corazón esos tres gritos sordos, que resquebrajaron sus sueños instantáneamente.

La ambigüedad disfrazada. Cobardía o indecisión.

Se preguntaba si realmente esas ínfimas grafías significarían lo que para ella estaba escrito con nítidas letras negras. Toda su vida parecía suspendida mediante tres pequeños alfileres.

Leyó de nuevo la carta, su rocambolesco final y sus tres suspiros ahogados como dilatando la agonía.

En el fondo, pensó, quizás sea lo mejor.

Y así es como su vida giró entorno a unos puntos suspensivos...

domingo, 5 de octubre de 2008

Y es entonces...


Y es entonces cuando vuelvo a mirar esa vieja fotografía conscientemente olvidada entre el segundo y tercer acto de Otelo, y me pregunto qué será de ti... De tu mirada ausente y tu sonrisa triste. De si estarás casada, si tendrás hijos, si tendrás una casa con jardín y un perro al que pasear cada mañana... Si lograste reunir el dinero suficiente para hacer ese viaje a Buenos Aires, si te atreviste a presentarte a aquel casting, si lograste aprenderte esa difícil canción... si recuerdas los acordes de tu corazón...


Si guardas aún aquel libro usado que encontraste en el parque, si te compraste las cortinas violetas para tu habitación, si sigues bebiendo la leche del cartón...


Si, por fin, te diste cuenta que estás igual de bonita con o sin maquillaje, si sigues entornando los ojos cuando la lectura te arrebata de la realidad... si te siguen costando tanto los regresos...


Y es entonces... cuando no puedo hacerme a la idea de que puedas ser feliz...