domingo, 30 de noviembre de 2008

Incompatibilidad

...Hoy hace frío, mucho frío, las calles están envueltas con esa invisible capa humeante que nos recuerda que la Navidad está a la vuelta de la esquina...

Qué lástima que entre ella y yo no exista química,
que ambas estemos deseando perdernos de vista de nuevo...

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Si...


Si fueras capaz de leer entre las líneas de mis labios, quizás atisbarías que realmente todo esto es una farsa.

Si tuviera el coraje necesario te diría que basta ya, que la vida está cansada de esperarnos tras la puerta, que todo tuvo su momento y éste se nos escapó sin darnos cuenta.

Si pudiéramos, por un momento, dejar colgada en el perchero esa rutina vacía, y mostrarnos desnudos tal y como somos... Quizás, y sólo quizás, pudiéramos darnos cuenta que no caímos en la cuenta el día que esto comenzó...


Si no arrastráramos el pasado hasta el futuro, quizás el peso que hoy sorportamos no sería tal...


Si no hablásemos en condicinal, quizás viviríamos en presente...

lunes, 24 de noviembre de 2008

Sentir la libertad de la victoria


Para el Hombre del Traje Gris.


... Y subirse en su bicicleta para esquivar peatones perdidos en la insaciable ciudad, que les engulle como pequeñas miajitas de pan. Eso le gustaba hacer cada mañana, desde que amanecía con su peor enemigo siguiéndole los pasos.


Sorteando a aquel joven de corbata negra que insomne marcha hacia el trabajo o aquella mujer que aún se está despidiendo de su hijo en la puerta del colegio y ya está llamando al timbre de la rutina…

Imágenes, fotogramas que recorren las calles de su mente, mientras él siente la libertad y la brisa rozándole las mejillas cuando baja a toda la velocidad que le es posible la cuesta, ésa que todo el mundo está empeñado en subir… Subido en su bicicleta, sonríe para sí mientras la vida le guiña un ojo.

Él conoce ese sentimiento, lo ha imaginado cada segundo y lo ha hecho suyo… Desde la ventana puede ver aquellas montañas que le acompañan cada día… que cada día ve más cerca el poder subirse hasta su cima y gritar: ¡Te vencí!


Alguien me dijo una vez: Ante todo mucha calma, capear el temporal...

Dicen que era un marinero al que las tormentas tenían miedo...


Seguiremos cosechando victorias,

seguiremos viviendo... a nuestra manera.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Desde otra perspectiva


Un simple traspies hace que nuestro mundo empiece a temblar... Y es que cuando las cosas se nos escapan de las manos, parece como si nos hubieran dado un guión que no es el nuestro, que no podemos seguir... y nos quedamos en blanco esperando a que alguien diga: "Corten".


Tenemos la mente programada para unas determinadas tareas, para una secuencia de acciones-reacciones que siguen sonámbulas el sendero trazado, pero... ¿te has preguntado todo lo que te pierdes pensando de esta manera? Quizás vaya siendo hora de levantarte de la silla y ver la perspectiva desde el otro lado. Quizás te encuentres un nuevo mundo por descubrir, uno que un simple estornudo no provoque un efecto mariposa tal que se resientan en las antípodas, uno en el que lo importante sea vivir y no sobrevivir, uno en el que seamos capaces de ver aquello que siempre ha estado ante nuestros ojos y se nos ha presentado diluido entre la realidad que nos limitamos a vivir...


Hazte un mundo a tu medida, traza los patrones y pega el corte a los convencionalismos, seguramente que el traje te siente mucho mejor... Al fin y al cabo, se adapta a ti y eres tú quien decides cómo llevarlo...


Mientras que el mundo gira, tómate unos segundos y obsérvalo...

quizás tenga algo reservado para ti...


jueves, 6 de noviembre de 2008

Heridas de guerra


Martina tenía las mejillas salpicadas de pecas, una pequeña nariz chata y dos botones negros por los que veía el mundo. Un mundo al que a veces no comprendía. Quizás, se decía, cuando sea grande todo tendrá algún sentido.

Sus piernas eran delgadas y parecían quebrarse cuando jugaba al futbol con los chicos mayores en el recreo. Sin embargo, por mucho que su madre le decía que no debía jugar con niños más grandes que ella, Martina hacía caso omiso a sus recomendaciones.


- Un día te vas a hacer daño y luego vendrás llorando- le recriminaba su madre.


Martina pensaba: "Quizás tenga razón mamá y no deba jugar con los de cuarto, quizás me vaya a hacer daño... pero, ¿y si no es así? Yo no quiero estar con las niñas aburridas que juegan con sus muñecas... ¡Eso es un rollo! ¿Y si no me caigo, y si no me hago daño...?"

Pasaron los años y Martina se hizo mayor. Se convirtió en una joven decidida y llegó hasta donde ella quiso llegar. Ni más alto, ni más bajo... en el punto exacto, en su punto exacto. Tuvo que sortear varios obstáculos en el camino, en los que sí se cayó y en los que sí se hizo daño... pero descubrió que aquellas recomendaciones de mamá no debían frenarla.


Las heridas de guerra le acompañarían en su victoria.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Cuéntamelo al oído...


Dos cafés me separan de tus labios.
Cinco viajes en metro y veinte conversaciones mudas.
Doce miradas encontradas, siete sonrisas nerviosas.
Cuatro deseos de valentía y cinco ahogados en mi indecisión.

Lástima que tus números no casen con los míos.
Lástima que mis números sean negativos.
Lástima que nuestros números sean primos.

Lástima que siempre haya sido de letras...



sábado, 1 de noviembre de 2008

Un instante cualquiera

Una nota, en su buzón, escrita con pluma, de un desconocido amigo:


Aumenta vida a tus años, y no años a tu vida.


Virginia miró a su alrededor, tan sólo estaba Fermín, el cascarrabias del viejo portero que debió venir en el lote cuando alzaron el edificio. Miraba por encima de sus gruesas gafas negras.


Sus miradas se cruzaron.


Virginia subió en el ascensor mientras escudriñaba quién sería el emisor de su misiva.


Fermín continuó gruñendo mientras terminaba el crucigrama del diario del día de ayer.