miércoles, 29 de julio de 2009

Mateo

- Prefiero morir que perder la vida- dijo mientras apoyaba sus temblorosas manos en los barrotes de hierro que servían de asidero a una vida débil que pendía de impulsos.

Siempre me pareció que la fuerza de Mateo podría llegar a vencerle algún día, ganarle el pulso. Me equivocaba, gracias a ella los intentos fallidos de volver a caminar no mermaban ni un ápice de su arrojo. Mateo caminaría de nuevo, al menos eso llevaba haciendo en la mente de todos durante estos dos últimos meses… Tan sólo

faltaba que la realidad mimetizara esa imagen clara que se cristalizaba en nuestra retina utópica.

Mateo cree en su fuerza, cree en él, en sus posibilidades… y en las posibilidades menos posibles, en las que se enmascaran de contradicción… Disidente incorregible.

- Rezaré por ti- se despedía siempre Matilda mientras le besa la frente.
- No pierda el tiempo conmigo… Ya sabe que mis relaciones con las altas esferas nunca han sido, lo que se suele decir, demasiado cordiales…
- Hijo, todos estamos bajo un mismo Padre, Él nos ama a todos por igual… Él nos creó y siempre le tendremos…
- No fue Dios quien creó al hombre a base de barro, sino el hombre a Dios a base de miedos, Matilda, no se confunda…
- Ay, hijo mío… Espero que llegues, algún día, a darte cuenta de lo equivocado que estás…
- Quizás Matilda, quizás… Si Dios quiere…- y guiñándole un ojo se despedía hasta la siguiente visita, mientras se incorporaba para el segundo intento de alzarse erguido de la tarde.



No intentarlo por miedo a fracasar es como suicidarse por miedo a morir.


jueves, 23 de julio de 2009

Dulces tardes de verano


A Suri le gustaba hacer pompas de jabón en el rellano de la escalera, mientras Renata tendía la ropa. Le gustaba mirar cómo aquella mujer de piel oscura se empinaba hasta llegar hasta la última cuerda mal anudada al garfio de alambre que se sujetaba instintivamente a la pared. Las sábanas blancas absorbían la luz del sol, se la robaban a Renata, pensaba Suri.



Las tardes de verano en aquel remoto lugar podrían ser insulsas para cualquier niño, sin embargo Suri disfrutaba observando la fila de hormigas que trepaban por la pared desconchada, mientras en cuclillas, intentaba acercarse más y más para ver cómo llevaban trozos de pipas a sus diminutas espaldas.


Cuando temprano la gente peregrinaba hasta la iglesia del pueblo, ella subía corriendo a la buhardilla, abría el viejo baúl de madera tallada y sacaba todas las fotografías que guardaban allí. Sentada, con las piernas estiradas y con las fotos esparcidas cuidadosamente por el suelo, Suri miraba aquellos rostros sepias, sosteniendo altivamente sombreros con grandes plumas y gorras con galones...

La voz de Renata rompía el hilo invisible que hilaba las mil historias que se entretejían en la mente desbordante de Suri...



... Recuerdo mis tardes de verano...con vosotros...

mis dulces tardes de verano

viernes, 10 de julio de 2009

Deseo


Las complicaciones vienen solas, no es necesario ir a buscarlas, así que párate y respira. Deja que apoye mis manos en tus hombros y escúchame.

Nos empeñamos en seguir el camino más complejo, el que más desvíos tiene, el camino menos transitable o el más transitado, sin pensar si realmente es el que nos llevará a nuestro destino. El nuestro.

Nos gusta pensar en que lo complicado hace más atractivo el premio, en que si el resto de la gente sigue la senda marcada es lo que nosotros debemos hacer. Las cosas sencillas son desechadas, porque desechamos su valor.

El miedo hace que no importe lo fuerte que seamos, deja cicatrices, nos sigue hasta nuestra casa y cambia nuestras vidas.

No quiero que hoy seas fuerte, no quiero que tengas valor, tampoco quiero que te enfrentes a tus fantasmas, ni que le plantes cara a tus miedos…

Tan sólo deseo una cosa…


Y susurrándole al oído dijo- Asústate conmigo...