miércoles, 22 de abril de 2009

Perturbadora timidez


Ayer te vi, estabas sentada en la vieja rueda que pende del árbol del jardín de los Marson. Un neumático raído por los recuerdos, un neumático que me hizo una vez tocar la luna con la punta de los pies, ese día me creí un héroe, salí corriendo calle arriba gritando: ¡Sabéis qué, soy astronauta, he tocado la luna con los pies, he tocado la luna con los pies! Tú me miraste con una sonrisa que no llegó a tus labios, pero yo sabía que sonreías, estabas orgullosa de mí... Yo lo sabía, quizás tú no.

Y ahora estabas acurrucada en el neumático que me hizo soñar. Estabas descalza, quizás también añorabas tocar a la luna, te vi distraída jugueteando con tu pelo, enroscándolo entre tus dedos como solías hacer cuando intentabas rescatar algún pensamiento perdido, que ni tú sabías de dónde procedía... Siempre me pareciste especial, aun cuando no sabía que lo eras.


Estaba mirándote desde la nueva verja que protegía la antigua casa de los Marson, ahora custodiada por espíritus blancos, en ese momento uno de ellos se acercó a ti y tomándote del brazo te retornó a este mundo, aunque tú nunca perteneciste a él.

Ibas caminando con paso rendido y te volviste por unos segundos, tus ojos me encontraron, te sonreí sin poder redimir mi alegría, era inmensamente feliz por ese momento...

Al percatarte de mi presencia, bajaste la mirada, desplomándola suavemente, y esta vez sí que pude ver con claridad aquella sonrisa... Yo sí la pude ver, quizás el resto no, quizás no existió, pero yo la pude ver.

Conservabas tu perturbadora timidez, aquel dolor dormido y aquella insatisfacción latente en tu mirada.

Nunca pude aceptar tu internamiento.

miércoles, 15 de abril de 2009

Vacío corazón

Mordería la manzana.

Aún sabiendo que el mundo dejaría de ser aquel Paraíso soñado,
despertándole de ese letargo perfecto.
Mordería la manzana ... sin duda alguna.

martes, 14 de abril de 2009

Perfectamente imperfecto


Hay quién vive su vida en titulares. Grandes letras plasmadas en las primeras de los diarios, aireando y pavoneándose entre la verdadera esencia de las noticias. Sentencias firmes que atraen las miradas, suscitan cuchicheos y son tema esencial de cualquier reunión. Sensacionalismo, dicen algunos, brevedad y concisión, otros. En cualquier caso, a veces lo único que vemos… del total de la realidad.

Otras vidas trascurren a la sombra de aquellas. Subtítulos aclaratorios, que sin embargo no son nadie sin su vecino de arriba. Algo más elaborado, más exacto, algo que te aclara y es necesario… Sin embargo, nadie las recuerda… Son vidas al servicio de otras, vidas que viven otras vidas ajenas y se olvidan de ellas mismas…

Antetítulos orgullosos de ser los primeros… Vidas nacidas para liderar, que sin embargo se ven eclipsadas, ocultas, olvidadas… Como aquel voceador que a golpe de trompeta anuncia la llegada del Rey… El primero en entrar en escena y el primero en ser olvidado.


… Y luego estás tú, esa vida oculta entre el cuerpo de la noticia, entre la amalgama que conforma la sociedad… Esa vida en minúsculas, sin negrilla, ni subrayado, esa vida exenta de una letra capitular y de un ladillo introductorio… Ni cambio de color, ni vida en cursiva… Ni colorín, ni colorado… ni Lucida, ni Papirus…

… Y a pesar de todo... eres mi destacado, esa idea, frase o guiño que sobresale del resto sin pretenderlo… Sales de la maraña de letras engarzadas y te sitúas en un recuadro, desnudo, sin máscaras ni dobleces, siendo tú… Con tus letras minúsculas, sin negrilla, ni subrayado, sin tu letra capitular, ni tu ladillo introductorio…

Con tu perfecta imperfección…