sábado, 1 de noviembre de 2008

Un instante cualquiera

Una nota, en su buzón, escrita con pluma, de un desconocido amigo:


Aumenta vida a tus años, y no años a tu vida.


Virginia miró a su alrededor, tan sólo estaba Fermín, el cascarrabias del viejo portero que debió venir en el lote cuando alzaron el edificio. Miraba por encima de sus gruesas gafas negras.


Sus miradas se cruzaron.


Virginia subió en el ascensor mientras escudriñaba quién sería el emisor de su misiva.


Fermín continuó gruñendo mientras terminaba el crucigrama del diario del día de ayer.

1 comentario:

Alicia. dijo...

Me gusta mucho la frase. Nunca la había escuchado.

Bonito blog. Te agrego a mi lista :)

un beso.