Me gusta perderme entre la amalgama de imágenes que confluyen por mi mente. A veces busco a mi soledad, necesito de su compañía, de su silencio. Su presencia crea un remanso de paz que me permite poner en orden todos mis pensamientos. Me escapo de toda superficialidad y me adentro en cualquier historia, me aíslo del resto, no se trata de evitar el contacto, se trata de sentirlo.

Mi vida transcurre como cualquier otra, con sus peculiaridades, con las manías propias que nos hacen a cada uno únicos, sin embargo… a veces resulta tremendamente difícil seguir el ritmo del resto. Sus vidas las veo tan lejanas a la mía, que me cuestiono tantas cosas…
Sé que comparto diario con mis fantasmas, no me asusta estar con ellos a solas, es la única forma de poder hacerlos frente. Soy consciente de que esto no es la vida como la suelen definir, soy consciente de esta irrealidad y sin embargo no me da miedo vivir en ella, mi mente la controla.

Mi vida transcurre como cualquier otra, con sus peculiaridades, con las manías propias que nos hacen a cada uno únicos, sin embargo… a veces resulta tremendamente difícil seguir el ritmo del resto. Sus vidas las veo tan lejanas a la mía, que me cuestiono tantas cosas…
Sé que comparto diario con mis fantasmas, no me asusta estar con ellos a solas, es la única forma de poder hacerlos frente. Soy consciente de que esto no es la vida como la suelen definir, soy consciente de esta irrealidad y sin embargo no me da miedo vivir en ella, mi mente la controla.
Mi mente controla mi irrealidad, pero al abrir la puerta me pregunto:
¿quién controla lo que hay ahí fuera?