lunes, 11 de febrero de 2008

Distancias, lo más lejos a tu lado



Dicen que la distancia es el olvido, que ojos que no ven, corazón que no siente... quizá a veces sea cierto, pero otras no... Cuando tienes corazón y éste se siente sensible, ninguna distancia, ni física, ni emocional, ni terrenal, ni espiritual, puede hacer diluir un sentimiento, que amarrado a ti se resiste a ser derramado. O quizá seas tú quien se resiste a dejarlo ir.



Existen distancias físicas y distancias emocionales, distancias positivas y negativas... evitables e inevitables... y distancias temporales, son aquellas, que como si de un gran imán se tratarán tienden a juntar las piezas del puzzle que están destinadas a estar unidas.

Pero a veces, sin embargo, son necesarias esas distancias, porque estás intoxicado, porque no ves más allá, pierdes la perspectiva, pierdes la coherencia... el problema o situación te desborda, y necesitas esa distancia. El paso atrás de los pintores para poder ver su obra, para poder encajarla en la realidad ficticia que está creando, una realidad en la que a veces se sumergen y se olvidan de subir a la superficie a tomar oxígeno de nuevo... y te olvidas de tomar oxígeno de nuevo.


Las grandes obras siempre es conveniente verlas a cierta distacia, para poder desvelar toda su belleza... bajo la Torre Eiffel tan sólo ves un amasijo de hierros entrelazados sin orden alguno... unos metros atrás, se erige una de las construcciones más hermosas hoy en día, a pesar de estar hecha con un frío material y carente de todo sentido romántico...


La distancia, por tanto, no es el olvido... el olvido es cuando no existen distancias, porque no existen dos puntos, tan sólo existe uno...






Cuando puedes poner la terrible y más cruel de las palabras, "nunca", entonces y sólo entonces esa distancia que se manifiesta, es la que no puedes soportar... es la peor y más cruel de todas, el resto, son zancadillas al corazón...

No hay comentarios: