martes, 11 de marzo de 2008

...Que van a parar al mar...


... Un río puede cambiar de forma, salvar obstáculos saltando baches, bordeando precipicios, cayendo en cascada hasta romper contra rocas, partirse en dos... Pero el río fluye, el río sigue, continua con su destino.
Un río se adapta a lo que le viene, ya sea un onírico lago o un rompeolas infinito... Se adapta. Porque todo río tiene un destino final, un destino que ningún accidente puede cambiar... Es una fuerza que le hace inconscientemente seguir... como si "genéticamente" estuviera programado...

Y a estas alturas yo me pregunto... ¿qué nos diferencia de ese río?




Pasaba el tiempo e intentaba reinventar mi vida, pero algo me tiraba y me hacía volver la cabeza, y cada traspiés que daba caía en el pozo donde se esconde todo, en ese agujero que insistía en cubrir de arena sin detenerme a ver realmente qué estaba lanzando en su interior. No sé si habrá que solucionar aún cosas o si lo que necesitamos es más tiempo... Alguien me dijo una vez que había que dejar que el tiempo trabajara... Pero creo que hay veces que el tiempo tan sólo te pide a gritos que muevas esa pieza del tablero que te hace vencer la partida.

Y luego estás tú, que vienes y vas, que me llenas de ilusión y te me escapas tan pronto... Ya lo decía la canción... "es un pacto sin firmar, yo no espero más de ti y tú de mí no esperas más"... y eso será lo que suceda... quizá sea la única forma en la que ambos podamos sobrevivir... Ay, sentimiento maldito... Y quizá sea la única forma en la que ambas podamos convivir, porque al fin y al cabo tú eres la que tiene la última palabra. Tú eres la que con sólo una mirada le transmites al mundo cómo estoy, tú eres la que te agolpas y escondes en mí y con un simple descuido te me derramas... tan frágil me haces parecer, Alma...



El tiempo es sabio y pone a todo el mundo en su lugar,
y aunque te empeñes en ir contracorriente... tu río te llevará a tu destino,
hay cosas demasiado fuertes como para dejarlas hundir en el fondo,
hay cosas demasiado fuertes como para ignorar, ignorar aquello que grita en silencio.


Gracias a mis salvavidas en los momentos en los que pensaba dejarme caer,
gracias de corazón.
Porque mi río sigue... y su inercia hará que os lleve siempre.
Cruces de caminos, ¿simplemente cruces?

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