jueves, 28 de agosto de 2008

Eterna promesa


Había veces en las que Verónica se sentía como la eterna promesa que nunca llega a cumplirse. En las que las expectativas de futuro rebasaban tanto los límites del tiempo, que la realidad se desdibujaba y perdía fuelle... Tanto que las grandes esperanzas se convertían en un guión no escrito que marcaba sus pasos.

Pero un día Verónica escapó de su vida. Aprovechó cuando dormía para no despertarse y huyó a hurtadillas...

Cogió del armario el viejo impermeable amarillo y las botas de lluvia. Dejó una nota escrita en un papel que colocó en la mesilla de noche, para que cuando se despertara, no se preocupara... todo iría bien.
Eterna promesa de vida olvidada.

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