martes, 29 de enero de 2008

Absurda teoría

Siempre he estado convencida de que la gente puede ser clasificada por su nivel de "sentir", es decir, que podría existir personas tipo A, tipo B, tipo C... y así sucesivamente. No con ello quiero decir que unos sientan más que otros, aunque a veces llego a estar casi convencida. Supongo que cada uno tenemos tatuada en el alma una de estas letras, desde el momento en que vemos la luz.

No sé qué letra llevaré inscrita, ni a qué nivel corresponderá... pero a veces, al mirar alrededor y ver a gente que se obliga a sentir, que vive actuando, que sigue patrones... me da lástima, pero más que lástima siento un terror incontrolable. Hay gente que no llegará nunca a sentir los verdaderos sentimientos, gente que se disfraza y pretende, a toda costa, hacer lo que se supone que tiene que hacer, sentir lo que se supone que tiene que sentir...

Y siguiendo esta teoría sin razón, diría más, creo que cada uno tiene en su destino la misión de buscar una letra pareja. Sería imposible una relación entre una A y una D, están muy distantes sus cotas de sentimiento, su profundidad de empatía... sería una relación abocada al fin antes de empezar. En cambio, otras veces, desde fuera puede parecer que dos personas son superficiales o totalmente empalagosas, de esas que hablan todo el día con diminutivos, pero existe una química especial entre ellos. Una química que entiende de letras, Severo Ochoa dijo una vez que el amor era física y química, yo agregaría otro término más, el amor es también gramática.



Mis musas están con vosotros, allá arriba...
y es que el calendario vuelve a golpear fuerte.
Mis Ángeles, nadie podrá ni si quiera sobre volar vuestro recuerdo.

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