jueves, 31 de enero de 2008

Mírame

Qué fuerza tiene una mirada...

Y como todas las fuerzas pueden tener carga positiva o negativa, y yo añadiría que neutra.

Las miradas con fuerza negativa... aparentemente son las más peligrosas, te miran y, o bien te perdonan la vida o irradian una ira, que debe ser que no les cabe en el cuerpo y se les desborda por las pupilas, que te dejan fulminada en el acto. Son miradas frías, desoladoras... tristes, sí... porque en el fondo las personas que te miran con desprecio tienen una vida tan vacía, que les cuesta tanto decorar y siendo consciente de ello, se dedican mejor, a intentar robar el inmobiliario ajeno. Pero en el fondo, estas miradas me producen lástima, compasión... como cuando te mira un cocker desolado pidiendo mimitos... la diferencia, es que el cocker, que dicen que es un animal irracional, le puede el sentimiento de sentirse en inferiorioridad al dueño y se acerca taciturno a demandar su ración de caricias. El hombre, que dicen que es un animal racional, le puede el sentimiento de prepotencia heradada de sus ancestros y no se rebaja a agachar las orejas y decir: sí, estoy solo y te necesito.


Por otro lado las miradas neutras, ésas... son ésas las que me dan pavor. ¿Qué es peor que sentirte indiferente ante alguien? Te miran, pero no te ven, te atisban, pero no te sienten... En su campo de visión ocupas la misma posición que el ovillo de polen que se acumula a un lado de la carretera... Tienes tu espacio en su córnea, tu lugar, un lugar que carece de significado.





Y luego... estan ellas, las mejores, las miradas positivas. Las que te arropan, te miman, te besan, te apoyan, te acarician, te elevan... la que sin su existencia tu vida quedaría reducida a una sucesión de días sin sentido, porque cuando una mirada serena se posa en ti, el resto del mundo se paraliza y te admira... La mirada de unos padres protectores, la mirada de un enamorado que, quizá ebrío de amor, desdibuja la realidad, pero ¿qué más da? si se ve tan linda así... y luego están las miradas que te dan fuerza... con una complicidad de una amistad inquebrantable.

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